La Abadía de Sclerder (continuación de Khajuraho)



Extractos de las entrevistas al personal del grupo de investigación del Dr. Bird y contactos cercanos y habitantes de la Abadía de Sclerder realizadas por la Fundación a petición de la Iglesia Católica.

Estas entrevistas fueron realizadas antes de establecerse los estrictos protocolos de seguridad, nombre en clave "Rati-pradesh" tras los eventos de los casos Broxo y Pripaus y establecerse las relaciones existentes entre estos y ciertos registros arqueológicos anómalos (Antonio Vigil, 2021). Por lo tanto fueron registradas en taquigrafía y grabadas en vídeo para su posterior revisión. Dado el carácter contagioso de los eventos los registros de vídeo fueron destruidos al implementarse los protocolos "Rati-pradesh". Las entrevistas completas pueden consultarse en los archivos de la Fundación previa solicitud al Consejo.



EXTRACTO DE LA ENTREVISTA A LA SRTA. POTTS
(recluida en la Abadía de Sclerder desde el año 1936)


-Cuéntenos su versión de lo que ocurrió en la India, señorita Potts.

-No es que yo no hiciese nada para merecer que me sacasen de allí. Estar jugueteando en vez de realizar observaciones y fotografías no es lo más apropiado para hacer un estudio científico, lo admito. Pero lo hicieron debido a… Mire, se lo dije a la Junta y se lo diré a ustedes, sean quienes sean.

Ellas dijeron que mi comportamiento era inapropiado, que las acosé y que intenté pervertirlas pero si ese hubiese sido el problema deberían habernos sacado de allí a todos. Tan rápido como quitaban mi mano de sus muslos, la sustituían con la de alguno de los varones del grupo o con otras cosas...ya me entiende. Y no me haga hablar de lo que hacían los hombres entre ellos.

¡Y me llamaron depravada, a mi! Si hubiese visto lo qué hacían... ¡Hasta los relieves del templo eran más recatados que ellos!

Disculpe, me estoy desviando.

Todo empezó a las dos semanas de llegar al templo, durante una tarde libre. Estaba dando un paseo cerca de la charca a la que nos acercábamos para refrescarnos, ya imagina el calor que hace allí, cuando vi a Elise. Allí estaba, desnuda, como Dios la trajo al mundo, flotando entre los juncos. No se esperaba que nadie se acercase por allí, yo estaba libre porque se había estropeado una cámara de fotos y el resto del grupo estaba ocupado. Respecto a la gente del pueblo, ni se atrevían a pensar en acercarse tanto al templo.

Sabe, nunca había visto a otra mujer desnuda. De niña, si, jugando con mis primas en la charca de los jardines de la vieja casa Potts, pero eso no cuenta.

No es que yo fuese virgen antes de ir allí, como bien saben estaba prometida y... se hacen cosas, ya saben. Pero esa atracción, esa sensación de necesidad, eso era algo nuevo que despertó al ver el cuerpo joven de Elise, sus curvas y la sombra que arrojaban sus curvas y los huecos entre sus curvas...

(La entrevistada se sonroja y su pulso se acelera de forma evidente. Se agarra los muslos levantando ligeramente los hábitos de monja y queda ensimismada durante unos minutos antes de recuperar la compostura).

-Disculpe, me he… Bueno, sigo contándole. Yo me lancé hacia ella, vestida y todo, poseída por una urgencia inesperada y ella, lógicamente, se asustó. Intenté acercarme pero ella no correspondió a mis intenciones y todo se complicó de la forma más absurda.

Al cabo de unos días me encontré a Elise y Lory entre unos arbustos, "enredadas" con John P. De nuevo sentí esa misma urgencia al verlas, sudorosas y… Supongo que sepa de lo que hablo, no me haga describirlo. Pero cuando me acerqué a ellas no quisieron que las tocase, sólo querían sobarle a él que, además, intentó hacerme tocamientos a mí. No me gustó la situación aunque reconozco que al salir de la universidad me parecía atractivo pero eso ya no era así...

Al volver a Inglaterra mi prometido me resultaba desagradable y su toque sobre mí, sus acercamientos, asquerosos. En cambio descubrí el atractivo de Irene, mi sirvienta. Una cosa llevó a la otra. Después de pasar tanto tiempo en la India yo tenia, ya sabe, ganas. Fue interesante, divertido, muy divertido... Hasta que nos descubrieron.

Padre fue informado, el compromiso se canceló y me trajeron aquí.



EXTRACTO DE LA ENTREVISTA A SOR MARIA TRAVIS
(Madre Superiora de la Abadía de Sclerder)


-La hermana Lois fue un reto, al principio pero luego vimos la verdad.

Ella tampoco lo sabía, pero nos traía un regalo del Señor, un amor puro y limpio de la perversión inherente al vicio del hombre. Un placer natural y no pecaminoso que mantiene limpios el cuerpo y el alma al tiempo que nos da un éxtasis que nos acerca a Dios.

Cierto que en un primer momento esta nueva realidad no fue entendida por el obispo y hubo ciertos roces cuando trascendió lo que ocurría entre nuestros muros.

El primer escollo apareció al descubrirse que la señora Ives visitaba frecuentemente a la hermana Bevan en su celda y recibía de parte suya los nuevos regalos del Señor. Claro que las dos fueron amigas en su juventud y habían mantenido contacto aún después de que Bevan tomase los hábitos. Por aquel entonces todas nosotras habíamos recibido ya su bendición, estábamos abiertas a ella y recibíamos su gozo con la misma devoción que la eucaristía y a ninguna de nosotras nos extrañó que alguna decidiese compartir la bendición fuera de nuestros muros. 

El problema fue que, por aquel entonces, mucha gente del pueblo pasaba por la abadía para una u otra cosa y alguien oyó el gozo divino compartido por Ives y Bevan y lo malinterpretó como vicios y perversión.

Se corrió la voz y vinieron sacerdotes visitadores, definidores e incluso exorcistas, desde Plymouth y hasta la misma Roma, para intentar expulsar de nuestros cuerpos unos demonios que no estaban allí. Nuestros cuerpos son puros, santos, inmaculados y ha sido sublimados por el placer del amor de Dios. Ni hombre ni demonio nos ha tocado o poseído. Y para aquellas de nosotras que, para su desgracia, acudieron a nuestros amorosos brazos manchadas por los pecados de la carne, estas impurezas fueron purificadas por las llamas que el Señor encendió en nuestros cuerpos.

La desgracia llamó a nuestra puerta como prueba a nuestra fe. Los hombres y mujeres que antes nos saludaban por nuestros nombres, incluso hermanos y hermanas y amigos de antes y después de tomar los hábitos, nos repudiaron. La misma comunidad que antes nos abrazaba nos rechazó, no entendiendo el regalo que Dios mismo nos envió con la hermana Lois. Por fortuna, la madre Iglesia nos protegió guardándonos del mundo como monasterio de clausura, entre estos muros que tan pocas personas han atravesado, como ha hecho usted, en los últimos años.



ANOTACIONES ACERCA DE LAS MEDIDAS TOMADAS EN RELACIÓN A LOS COMPORTAMIENTOS ANÓMALOS EN LA ABADÍA DE SCLERDER
(Carta de la fundación a John Patrick Barrett, Obispo de Plymouth)

Monseñor, a petición de su enlace con nuestra organización hemos revisado su caso y analizado los eventos, encontrando que coinciden en buena medida con una anomalía conocida por la Fundación.  Como comprenderá la información que estoy autorizado a proporcionarle es limitada y consiste en una breve descripción de la anomalía y los riesgos que supone en su caso en particular, así como la evaluación de las medidas que han tomado ustedes y aquellas que deberán tomar e el futuro.

La anomalía consiste en una clase de patógeno mental cuyo efecto genera y modifica comportamientos sexuales en el ser humano. Para su tranquilidad le diremos que hemos rastreado el origen de su brote y tomado las medidas apropiadas para contenerlo. 

Respecto a su abadía, comprendo que valora la vida, alma y mentes de sus integrantes. Por deferencia a la buena relación entre nuestras organizaciones, se ha elaborado un protocolo de seguridad que permita mantener estas intactas. 

1º Se deberá mantener el monasterio en su estado de clausura, haciendo las integrantes del mismo un voto severísimo de silencio hacia el exterior, bajo pena de excomunión inmediata si se emite una palabra a alguien de extramuros. 

2º La relación con el exterior se limitará a intercambios escritos de la mayor brevedad posible. Las entregas de bultos y paquetes se realizarán en una sala, sin contacto entre el repartidor y el receptor. 

3º Se eliminará y prohibirá la instalación de cualquier mecanismo de comunicación con el exterior a excepción de una línea de telégrafo para emergencias.

4º A fin de limitar al máximo el contacto con el exterior se recomienda recluir entre la población de la abadía a monjas con conocimientos de albañilería y reparaciones básicas, cocina, medicina y resto de labores de mantenimiento de la vida cotidiana. 

4º En caso de ser imprescindible la entrada de personal externo al recinto, este deberá estar formado por un equipo de la Fundación apropiadamente formado y equipado.

Atentamente.



(Esta es mi segunda aportación del proyecto literario en que me embarqué junto a Héctor y continuación directa de Kahuraho. No dejéis de visitar las contribuciones de Amanda "El caso Broxo" y "Nacimiento, evolución y muerte de deidades y creencias en el antiguo Egipto").

Comentarios

Publicar un comentario

Introduce alguna sugerencia:

Entradas populares