Hellraiser, visitando la saga

Aviso, esto es largo...

Allá por el año 1987 salió una película de terror, escrita y dirigida por el genial Clive Barker, y con todos los elementos propios de la época. Trama romántica, giros de guion en su justa medida, una apropiada dosis de sangre y sexo y hasta una resurrección muy lograda y original. Lo tenía todo para ser una joya del cine de culto, y se convirtió en eso y más. A día de hoy Hellraiser es una franquicia cuya mitología ha crecido mucho más allá de lo que podría esperar nadie al ver la película original. Cuenta ya con 11 películas, un puñado de cómics, toneladas de merchandising y referencias en otras películas y hasta un documental, y sumando.

Han sido ya, vaya, ¡35 añazos!, con sus luces y sus sombras. Con todo lo que ha vivido, creo que la saga merece que se la comente. Y aunque no vaya a ser yo el primero ni el ultimo en hacerlo, aportaré mi granito de arena. 


Empecemos por el principio y vayamos por partes:



Hellraiser

La saga da comienzo con la historia de Frank, que no dura demasiado en pantalla, efectos secundarios de jugar con una caja puzle mágica comprada en Marruecos, y muere de forma muy explícita después de un tira y afloja con unas cadenas. Poco después se mudan a esa casa su hermano Larry y la esposa de este, Julia. 

Durante la mudanza Larry sufre un corte sin importancia, pero gracias a las gotas de sangre que caen al suelo, puede crecer el esqueleto, hambriento hambriento y parlante, de Frank. La trama termina de cuajar en su forma final cuando Julia decide ayudarle a salir de ese estado entre la vida y la muerte, a que se debe tanto cariño, pues a que estuvieron liados (Larry no sabe nada). Para conseguir sus objetivos necesitarán sangre y mas sangre, no hay nada como una dieta equilibrada para poner unos buenos músculos sobre el esqueleto.


El final, no os lo voy a destripar, pero hay sangre, amor, cenobitas y... Más sangre!

    Hellraiser II, Hellbound

En la segunda entrega de la saga seguimos a Kirsty, la hija de Julia, a quien conocimos en la primera entrega. Se encuentra en un psiquiátrico (y quien no después de una orgia de asesinatos, sangre, resucitados y cenobitas) donde nadie la cree a excepción de uno de los doctores, Channard. Este conoce a los cenobitas de antemano y está obsesionado con encontrar la puerta a su mundo, cueste lo que cueste, caiga quien caiga, sangre quien sangre. 

Para cumplir sus objetivos usará a una de las internas, Tiffany, que tiene una facilidad natural para los puzles y conseguirá resolver la configuración del lamento y abrir el portal. El mundo cenobita es un laberinto caótico y oscuro, en cuyo centro se encuentra El Leviatán. Si los cenobitas son sacerdotes, este es su Dios. ¿Quién vivirá, quien morirá, quien se convertirá en cenobita? esos asuntos mejor dejárselos al señor del laberinto.

        Hellraiser III, Hell on Earth

Aquí la cosa empieza a irse de madre. La saga decide improvisar y saltarse la receta de las dos primeras partes, aunque la trama queda perfectamente enlazada a la segunda entrega. Aparecen nuevos elementos, más gore y de nuevo tenemos un tótem de piedra, en esta ocasión ubicado en un club nocturno: La caldera. Para los amantes de la sangre y las vísceras, en esta cinta se incluyen escenas del local arrasado por una orgía con cadenas y ganchos que tentáculos tienen las perversiones japonesas, con final rojo y órganos colgando.

El único añadido interesante de esta tercera entrega es una subtrama con Pinnhead como protagonista, ahondando en sus motivaciones y orígenes. Fue humano, vivió una vida normal y, en algún momento, se convirtió en cenobita.

            Hellraiser IV, Bloodline

La que para mí es la ultima parte de la saga original. En esta ocasión la trama se desplaza hacia un futuro impreciso en el que el Dr. Paul Merchant, último descendiente del juguetero original, Philippe L´Merchant, intenta poner punto y final a la maldición que pesa sobre su linaje. Para entender esto hay que retroceder, en un flashback hasta el siglo XVIII, cuando Philippe creó la caja puzle original por encargo de un aristócrata. Durante un ritual en el que la caja debería servir para invocar demonios a muestro mundo, y con cierta intervención cenobita de por medio, la caja se convirtió en la configuración del lamento que conocemos.

Más adelante otros intentarían fabricar sus propias cajas puzle, por eso en la segunda entrega había una colección de ellas en manos de los internos del psiquiátrico.


La trama de esta cuarta entrega va saltando en el tiempo. Toca ese pasado inicial de la familia L´Merchant, un presente en el que un descendiente suyo ha construido un edificio, claramente inspirado en el diseño de la caja puzle y, por ultimo, un futuro de ciencia ficción en el que el último descendiente ha construido una estación espacial aún más inspirada en la configuración del lamento. El objetivo de todos ellos, acabar con la maldición. Claro que tal cosa no es nada facil, hay que invocarlos, sin morir en el intento. Además habrá que hacer que la geometria, ligeramente no euclidiana, de los ángulos y los pliegues doble la luz, el tiempo y el espacio, convirtiendo ese pequeño fragmento de mundo real en una jaula para viajeros interdimensionales.

El resultado, una película de horror en el espacio y otra de horror en un edificio cerrado, ambas con cenobitas sueltos haciendo de las suyas. Personalmente, es una lastima que la saga vaya a continuar por donde lo hará, esta película con tres tramas alternas podrían haber sido tres buenas películas en las que explorar a los cenobitas y la familia Merchant a lo largo de la historia.

                Hellraiser V, Inferno

Para la quinta entrega el argumento es un poco más gratuito que de costumbre, y es que por mi la cosa habría terminado en la cuarta parte. Pero las franquicias tienen que vivir de algo. Hellraiser V es una película policiaca, como podría ser cualquier otra,  pero con cenobitas. Más adelante volverá a usarse este truco, vender la franquicia para que un guion sin demasiadas aspiraciones corra a rebufo.

                    Hellraiser VI. Hellseeker

En la sexta ya es más de lo mismo, pero con una pequeña vuelta de tuerca que tiene su gracia. Los protagonistas son Trevor y Kirsty (exactamente, la de las dos primeras entregas) que en un accidente de tráfico caen a un lago. Como resultado Kirsty muere y Trevor es considerado sospechoso de asesinarla pero, le dejan seguir con su vida.

Tras varios encuentros íntimos con desconocidas que, poco después, mueren en extrañas circunstancias, Trevor descubrirá que todo lo que le ha pasado ha sido orquestado por Kirsty. Mostrando un gran cambio de carácter en un personaje que ya conocimos en las primeras entregas de la saga.

                        Hellraiser VII a X. Deader, Hellworld, Revelations y Judgement

De aquí en adelante no tiene nada demasiada continuidad, más allá de que la caja puzle está presente y los cenobitas acaban apareciendo. La séptima entrega trata de un grupo de adoradores de la muerte, los deaders. Para la octava entrega, cinco jóvenes se reúnen en una fiesta a la que consigues entrar jugando a un videojuego basado en las anteriores películas, un poco meta todo, pero al final lo mismo, los cenobitas son lo que son y todo el mundo muere. La novena entrega, directamente, fue emitida en un único cine de california y Clive Barker no quiso saber nada de ella, así que, como esto ya es bastante largo, nosotros tampoco. De la decima entrega, reconozco que no se nada por que me enteré de su existencia al refrescar la cabeza para escribir este post.

Nota a pie de foto, por mucho que quieran hacernos creer lo contrario, este tipo raro no es Pinhead. 
Aun así, le doy un 7 en cosplay por el esfuerzo en maquillaje para enfundarse en el traje de látex.

Se nota que, llegado cierto punto, la cosa no hizo más que ir en picado. La franquicia sobrevivió sacando películas periódicamente, lo justo para mantener los derechos, pero sin llegar a hacer una autentica secuela. Igual que han hecho otras, se vendió al mejor postor para poder sobrevivir, cual cowboy de medianoche, perdido en la gran ciudad, dejó que hiciesen y deshiciesen y sufrió en el proceso. 

                             Hellraiser. Origins


Una mención especial para aquello que no fue más que una cruel broma del destino. alla por el año 2013 nació una idea, crear una película de Hellraiser, pero de las de verdad.  La idea era genial, crear una joya del cine de terror, de la imaginación, del exceso de luces y sombras y carne y sangre. Esta vez se haría bien, siguiendo la idea original, pero con todo lo que se podía hacer entonces, efectos especiales, imágenes por ordenador, sin reparar en gastos.

Claro que, cómo no, todo quedó en nada. Un corto que, contado en segundos, casi no alcanza los tres dígitos y que, sin duda, deberíais ver.

                                                       Hellraiser, Ella                                                                       
Nota a pie de foto (x2) Aunque esta señorita no es el Pinhead original de las películas, cuentan las malas lenguas que se parece a horrores al del libro que lo inició todo.

Es el año 2022 y el dolor vuelve a tener sentido. Esta nueva entrega se desentiende completamente de las anteriores (sí, la mitad de ellas ya lo hicieron, pero esta lo hizo bastante bien y me gustó el truco). Además, y hablo de oídas por que aún no he leído el libro (lo sé, tiene delito) la trama y los diseños beben del original literario y Clive Barker estuvo implicado en la producción de la película.

Aquí la caja tiene muchas más posibilidades, se dobla y se deforma al resolverse, saltando de una forma a otra hasta llegar a su apoteósica forma final, El Leviatán! Y el millonario Roland Voight está más que interesado en conseguirlo. Cada paso hacia completar el puzle requiere un sacrificio, nada que el dinero, la seducción o el puro instinto de supervivencia, no puedan conseguir.


¿El resultado final? Por supuesto, un deseo cumplido, un regalo del Leviatán, el señor del infierno. ¿Envenenado? Podríamos pensarlo, pero seguramente por que no entendemos qué, o a quién pedimos. Los cenobitas adoran las sensaciones, el placer extremo y el dolor extremo tienen el mismo valor y además se complementan uno a otro en una sinfonía que ninguna garganta es capaz de cantar sin romperse. Como cualquier otro genio, cuando sacas al Leviatán de su lámpara has de saber que te la va a jugar, no vas a recibir lo que querías, sino lo que pidas. 

Además, por mucho cariño que podamos tener a los viejos efectos visuales, que tan bien quedaban y quedarán, la franquicia agradece un buen lavado de cara y buenos efectos digitales para quedar por todo lo alto. 

Una vez llegados a este punto, hagamos una pausa y metamos unas palomitas al microondas, dediquemos unos días a ver parte, o toda, la saga, y volvamos aquí a discutirla.


¿Ya las habéis visto? Bien, entonces seguimos, esta es mi opinión de todo este asunto:

¿Qué tiene de especial esta saga de cine de terror con momentos de gore? Qué separa a Pinhead, y su corte e iglesia, de los señores del género Myers, Voorhees y Krueger, por nombrar a algunos de los más famosos? Para mi la respuesta está en la intención del villano y su interacción con el personaje de la película.

Los cenobitas vienen porque los llamamos. En este sentido, es nuestro propio deseo lo que se convierte en castigo, y eso no es en modo alguno culpa suya. Ellos son solamente viajeros, residentes de otra dimensión en la que la balanza que mide el bien y el mal está ajustada de otra forma, para los que las sensaciones son un campo sin los límites que imponen la empatía, la moral, y todas esas extrañas invenciones humanas. Los cenobitas son exploradores de la sensación, buscadores del límite último del placer y el dolor, señores de la sensualidad más pura y extrema. ¿Quién quiere disfrutar de las melodías de Hendel o Bach, cuando puedes destilar el sonido y alcanzar una reverberación infinita, un  volumen brutal y disonante capaz de licuarte las entrañas?

Su justicia, para nosotros, es incomprensible. Reaccionan ante nuestros actos desde fuera de nuestra comprensión y, como ocurre con las entidades de los mitos de Cthulhu, sus regalos pueden parecernos atroces castigos. Aún con todo, ellos solamente reaccionan dentro de sus normas y regalan a quien los invoca aquello que consideran más precioso, percibir los límites de la sensación. Respecto a sus castigos, aquellos que intentan aprovecharse de la caja puzle y los cenobitas reciben dolor destilado, forjado a medida a golpe de gancho y cadena en cada terminación nerviosa.


Esto se ve, genialísimamente, en la última entrega de la saga. El uso de la configuración exige sangre, alimento para los cenobitas en forma de seres sensibles capaces de servirles de cobaya en su camino de dolor y placer, pero eso sólo es un paso en el camino. Una vez que se ha pagado el peaje, la configuración del lamento se abre y deja paso completo a los cenobitas, para conceder al usuario de la caja puzle un deseo. Pero hay que saber muy bien que se pide, y cómo. Nunca debemos olvidar que los deseos se cumplen según las normas del genio, por muy bien que se piensen y formulen. Como en aquel chiste del hombre que pidió una polla insaciable y entraba a los bares pidiendo raciones de arroz para una gallina, pero sin giro cómico al final. 

Pedir conocimiento puede significar vivir, por unos pocos días, viendo todo el cosmos simultáneamente. Incapaz de dormir, de entender, de hacer nada más que existir a merced de lo pedido, abrumado por un océano de datos incomprensibles. O quizás, podría ser como el final de ese libro, El Perfume, en el que el sumun del atractivo lleva a una multitud a convertirse en una turba devoradora que acaba con el protagonista.
 
Aún así, todo tiene luces y sombras. Antes de llegar a Hellraiser, Ella, en 2022, la saga tuvo que cambiar de manos varias veces. Es una condición para que las franquicias sobrevivan, pasar el testigo de un escritor, que ya ha terminado de contar lo que quería, a otro que crea que aun se le puede dedicar más tiempo de pantalla. Y, cómo no, cambiar al actor principal, cambiar los personajes de la saga por otros nuevos, o prestar el monstruo a una película sin gancho en un intento desesperado de que dos rotos hagan un entero... Lo importante es la caja, dan igual los ideales. 


Si ellos pueden decidir qué es y cómo funciona la configuración del lamento, cuáles son los motivos de los cenobitas, e incluso cambiarlo cuantas veces parezca conveniente, yo también puedo decidir quedarme sólo con aquellas partes de la historia que me sirvan y, llegado un momento, decir "hasta aquí me vale, esto me sobra". Y por eso, escogiendo con cuidado las piezas que los componen, adoro a mis cenobitas, idólatras del exceso y la sensación. Los adoré antes de ser esclavizados y atados por los grilletes de la franquicia, y los vuelvo a adorar ahora que son, esperemos que para siempre, libres.

Nota a pie de foto (x3) Después de tantas películas, idas y venidas, el Pinhead original se había escondido, pero finalmente lo encontramos y ha decidido aparecer en este post.
 Un aplauso para el mejor de los monstruos, genialmente interpretado por Dough Bradley.

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