The dark pictures: House of ashes

 

House of ashes es la tercera entrega de The dark pictures a la espera del estreno de Evil in me. La dinámica del juego es la misma que en los casos anteriores: la historia del juego se contempla desde varios puntos de vista al controlar (ya sea en modo solitario o con amigos) a diferentes personajes con sus propias personalidades, traumas y motivaciones en la vida.

Debo decir que, a mi parecer, aunque la estética, la ambientación y la calidad gráfica son impresionantes, la historia es bastante más floja que en Little hope y en un juego como este, principalmente narrativo, la historia lo es todo. También me da la sensación (pero de momento sólo es eso, una sensación, ya que sólo lo he jugado una vez) de que el número de finales posibles es más limitado que en la entrega anterior pero no temáis, os mantendré informados de mis progresos.

Pero, ¿cuál es la historia del juego? Bien, hagamos una pequeña sinopsis libre de spoilers.

A finales de la guerra de Irak, un grupo de soldados norteamericanos buscan las armas de destrucción masiva de Bin Laden. Gracias a la tecnología más puntera del momento, el ejercito cree haber encontrado el búnker subterráneo en el estén escondidas dichas armas. Sin embargo, para gran sorpresa y desasosiego tanto de los personajes como de nosotros como jugadores, se trata de un antiguo templo sumerio enterrado desde hacía siglos poblado por ancestrales y poderosas criaturas. El objetivo es sencillo: tratar de salir con vida. Cómo conseguirlo ya es cosa nuestra, o bien a través de la unidad y la fuerza o de la estrategia y desconfianza.