Kingdom

 

Como me ha pasado ya  otras veces, el argumento de la serie junto con que fuera de ambientación oriental, me echaban muy atrás a la hora de ver esta serie. Sin embargo, no sé muy bien por qué motivo, decido darle una oportunidad.

La premisa de la serie sin hacer spoilers es la siguiente:

Su alteza real, rey de Corea, contrae una extraña enfermedad tras habérsele suministrado la planta reviviscente para curarle de una dolencia previa. Dicha enfermedad tiene como síntomas que duerma por el día como si estuviera muerto, que despierte por la noche y un hambre insaciable de carne humana.

A partir de aquí se desata una trama mucho más compleja de lo que podamos ver en cualquier película o serie de zombis, ya que no es una serie de zombis al uso. Y es que estos zombis-vampiros tienen un algo especial que han hecho que me reconcilie con este género que había abandonado hacía años. Desde luego tienen una forma muy graciosa de correr y moverse que le resta un punto de dramatismo a todo el conjunto sin llegar a convertirlo en una comedia pero no es eso.

Es la trama, que la hay y eso ya es mucho en el género de zombi. Es la falta de efectos especiales más allá del maquillaje, que eso siempre es un plus para mí. Y es, sobre todo, esa reminiscencia intensa y épica con grandes clásico de la fantasía como son El Señor de los Anillos o Juego de Tronos.

Sé que es difícil imaginar a Aragorn o a Cersey + zombis, lo sé, pero vais a tener que hacer un acto de fe y creerme o, mucho mejor, no me creáis y comprobarlo por vosotros mismos.

Si sois fans, como yo, de ESDLA seguramente os sorprenderéis en el sofá de vuestra casa gritando “¡Las almenaras de Minas Tirith! ¡Las almenaras arden! ¡Gondor pide auxilio!” entre otras muchas cosas que, siempre bajo mi punto de vista, es un calco idéntico de planos.

Y para los que seáis más de JDT también encontraréis en Kingdom vuestra buena dosis de intrigas palaciegas, conspiraciones, traiciones, lealtades puestas a prueba, valentía muy valiente, cobardía muy cobarde y regicidios, por supuesto.

¿Acaso se puede pedir algo más? Yo creo que no.



Comentarios

  1. Grandes recuerdos de tardes de verano en Santander. Muy divertida en algunos aspectos, producto de la sobreactuación tan característica de del cine oriental.

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