Juego de Tronos

Ha sido un viaje largo desde que empezamos a disfrutar de esta gran saga fantástica nacida de la mente creativa del inconstante George R. R. Martin, que los siete y los viejos dioses le den salud y constancia para acabar de una vez de escribir los libros. Han sido ya algunos años, así que pido de antemano disculpas, de parte de todos los escritores de este post, por los fallos de memoria.

Ha sido, sin duda alguna, un largo viaje.


No todos hemos empezado este viaje al mismo tiempo o hemos tomado el mismo camino. algunos emprendieron la ruta de las letras, hace ya tanto que las fechas se pierden en la niebla del pasado, aquellos exploradores abrieron las rutas para los que los siguieron, gente dispuesta a recorrer Poniente de cabo a rabo aunque no hubiese rutas fijadas aún. Más tarde llegaron aquellos que tuvieron las vías asfaltadas por la magia de la televisión y juntos recorrimos esta parte de la historia. 

Y es que Poniente es un gran mapa y el mundo de Juego de Tronos es aún mayor. De la pluma y la imaginación de G. R. R. Martin nació un mundo tan vasto que no él mismo ha sido capaz de rellenarlo, o a lo mejor no ha querido hacerlo, dejándonos los márgenes de los mapas para que los completemos con nuestra parte de imaginación. Eso forma parte de la chispa genial que envuelve a esta saga, que aún siendo una joya compleja, detallista y enrevesada, en la que puede y debe uno perderse en los detalles, siempre hay algo más que no está escrito.

Puede que no nos haya gustado como terminó la versión televisiva, pero recordemos que se han dejado muchas cosas en el tintero para poder adaptar a la pequeña pantalla tal cantidad de personajes. He ahí donde reside nuestra esperanza, y es que creo que, entre todas las tramas que ha dejado atrás, considerándolas innecesarias, superfluas, accesorias o, simplemente, demasiado complejas para intentar darles sentido, está lo que le ha faltado a la ultima temporada de la serie. Aun con eso, ha merecido la pena el intento.

Ahora nos resta esperar, pacientes como los huevos de dragón, a que nuestro invierno llegue y acabe con el séptimo y último libro. Allí, con la magia del fuego y el hielo, la noche, la muerte, la vida y el bosque, la gran batalla nocturna brillará con más fuerza. 

Esto aún no ha acabado y aunque el nuevo final vuelva a resultar amargo, recordemos que igual no es más que un problema nuestro. Puede que no se nos atragante por no ser suficientemente dulce, sino que no queremos acabar el postre y ver la mesa vacía (literariamente hablando).

Por Miguel Herrera Durán

Y aquí termina mi guardia


Nos haya gustado o no el final, hayamos leído o no los libros y tanto si os gusta como si no, Juego de Tronos ha marcado un antes y un después en la historia de las series televisivas. Da igual que la fantasía medieval no sea lo tuyo, si eres sincero contigo mismo sabes que es así.

Como otras muchas veces, Jorge me puso el primer capítulo de esta serie para meterme el gusanillo y abandonarme por el camino pero no le guardo ningún rencor por ello, al contrario, gracias a él descubrí una serie como nunca había visto (y puede que no vuelva a ver jamás). Al tratarse de una serie fantástica ambientada en un mundo que podríamos denominar como medieval mis expectativas sobre los efectos especiales era muy bajas. Me equivoqué. El nivel de realismo es increíble. Cierto es que las primeras temporadas los efectos especiales son menos necesarios que a medida que va avanzando la serie.

Como ya ha mencionado Miguel esta serie está basada en una serie de libros inconclusos a día de hoy por lo que, si no me falla la memoria, aproximadamente en la quinta temporada los directores de la serie tuvieron que empezar a inventar su propia historia. A mi parecer ésto hizo que la calidad fuera bajando más y más hasta el gran resbalón de la última temporada. El lado positivo de ésto es que estoy deseando ver cuál es el final en los libros.

Aún así... Al papa lo que es del papa. Durante ocho maravillosos años Juego de Tronos ha conseguido tenernos pegados a las pantallas. Y es que hay gente que ha tenido relaciones menos largas y menos intensas con sus respectivas parejas que con alguno o varios de los personajes de esta serie. No intento justificar de ninguna de las maneras el final que le han dado a la serie. ¡Dioses no! Pero no por ello me oiréis decir que es una mierda.

Obviemos esta última temporada. ¿Qué tenemos entonces? Una de las mejores series de la última década. ¿Te gustan las series con profundidad, con diálogos complejos? Tenemos frases tan épicas que las querrás usar en tu día a día. ¿Te gusta la acción? Tenemos acción. ¿Eres más de culebrones? Hay tanto salseo en la serie que estarás suplicando más en menos de tres capítulos. ¿Te gusta más ver como los Albatros eliminan a las tropas francesas? Aquí tenemos dragones. ¿La política? No se llama Juego de Tronos por nada.

Y ahora la gran pregunta: ¿quién es tu rey? Pese a considerarme una Stark admito que no serían los mejores para ocupar el Trono de Hierro. Así que voto como mi rey a Tyrion Lannister por su inteligencia, su definición de la justicia y tener el nivel de malicia suficiente para no morir por el camino.

Capítulo favorito: Vientos de invierno (6x10) o lo que es lo mismo "¡Y el gorrión voló!".


Por Amanda Antonio Vigil.


Y el invierno llegó... ¡Y quedó en nada!


He de admitir que no leí los libros, y a día de hoy no creo que lo haga. A menudo, las comparaciones entre las superproducciones cinematográficas y un buen producto literario son odiosas. Pocas veces el séptimo arte ha sabido reflejar fidedígnamente y con corrección el contenido de un buen libro, y en este caso, donde la serie ya tuvo que fabular un final para una historia literaria no terminada, no creo que el resultado de lo que se escriba a partir de ahora de esta saga satisfaga a nadie, ni a los que les gustó el final de la serie, ni a los que no les gustó. Quiera o no el autor, y por mucho que les pese a todos los fans, ya hay un final. A mi no me gustó, me pareció precipitado, con prisas por terminar y casi sin sentido, pero que se va a hacer. 

Como poco más puedo decir de la serie que no se haya dicho ya, y por gente más sesuda que yo, me voy a centrar, en algunos de los lugares que nos han hecho redescubrir a lo largo de las 8 temporadas, lugares en los que estuve antes, que ya me habían gustado en su estado natural, y que a partir de ahora veremos de una forma muy distinta.

Sólo a título de ejemplo...

  • Girona:

Quien no haya ido alguna vez a Girona, tiene que ir, merece mucho la pena. Yo intento llevar siempre a mis visitas y nunca decepciona. Como tampoco decepcionó su transformación en la sexta temporada a Desembarco del Rey en Poniente, con la catedral de Girona haciendo las funciones de Gran Septo de Baelor, o las calles del Barrio Viejo, de detrás de la Catedral, y la Juderia, trastornadas en calles de Braavos, donde Arya deambulaba ciega.


  • San Juan de Gaztelugatxe:

El paraje de San Juan de Gaztelugatxe, en Bermeo (Vizcaya), y su ermita accesible sólo por su camino de 240 escaleras sobre el mar, se ha visto transformado en Rocadragón. El paisaje es una pasada ya de por si, rodeado de las formaciones de Flysch de esta zona del Cantábrico, pero su transformación en las séptimas y octavas temporadas son espectaculares.


  • Trujillo:

Al castillo de Trujillo también merece la pena rendirle una visita si se va de vacaciones a Extremadura, y sorprende lo bien aprovechado que está en la séptima y octava temporada haciendo de fortaleza de Roca Casterly y castillo defensivo de Desembarco del Rey, respectivamente.


Winter is coming!
¡Y de tanto decirlo, llegó, pasó sin pena ni gloria y nos dejó huérfanos de serie!

Por Mario Ruiz Fernandez.

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