Partida Nocturna II: La leyenda de Killswitch



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Todavía lo recuerdo. Lo mejor de aquellos días era la espera. La espera de saber, que en apenas unos minutos, la única preocupación que tendría sería la de elegir. Elegir, y jugar.

Era sábado, por la mañana, posiblemente una mañana lluviosa, pero eso lo hacía aún mejor, y el quiosco ya se vislumbraba a escasos metros. Tras aguantar unos segundos, que parecían horas, la persona que estaba delante por fin terminó comprar sus golosinas, nos tocaba a nosotros. Allí estábamos, era nuestro turno, y llegaba la decisión más importante del día, decidir que revista nos íbamos a llevar a casa. No os voy a mentir, la batalla era dura, cruel, pero al final, os digo que daba igual la que escogiera. 

Mientras mi padre sacaba la cartera para pagar, yo aprovechaba para empezar a ojear, para, por qué mentir, quedarme asombrado por las imágenes y dibujos más que leer los propios artículos. 

Y así me pasaba los últimos metros de vuelta a casa, queriendo llegar para terminar la mañana encendiendo el PC y, mientras veía las fotos del última novedad o de la nueva tarjeta gráfica Voodoo, instalar todos aquellos juegos que venían dentro del CD que acompañaba la revista, que muchas veces, no sabíamos lo que contenían. Pero quizá aquí estaba la gracia, que no importaba, que lo realmente importante era ese momento de ilusión, de llegar a casa con algo nuevo que disfrutar y poder compartir esos momentos para, por ejemplo, poder recordarlos mientras escribo estas líneas unos cuantos años después

Bienvenidos, bienvenidas, a Partida Nocturna.


Hoy traemos un tema para los amantes de la retro informática. Concretamente una historia sobre videojuegos para arcaicos computadores en tierras soviéticas. 

En 1989,la empresa soviética Karvina Corporation, lanzó al mercado un juego para ordenadores de la época llamado Killswitch, un título totalmente desconocido para el mundo occidental, debido entre otras cosas al hermetismo más allá del muro. Su gameplay combinaba las plataformas con la aventura gráfica a través de dos personajes que podríamos elegir  desde la pantalla del título. Con ellos podíamos explorar una mina abandonada, donde algo terrible había sucedido. Nuestra misión recaía en desentrañar el misterio, y para ello, contábamos con estos dos personajes ya mencionados:  Porto y Ghast. 

Porto era una mujer que al escogerla, empezaba la partida en el interior de la mina, totalmente desorientada, en completa oscuridad y con una herida en el brazo. Tan solo el color de la sangre que brota de su herida manchaba la pantalla con varios pixeles rojizos, destacando entre la negrura del resto del entorno. Para avanzar en el juego, habrá que recorrer los oscuros pasadizos, mientras investigamos viejos documentos que nos encontramos por las diferentes estancias de la mina, usamos objetos para avanzar y desbloquear nuevas estancias, y como no, huir de las criaturas que nos atacan. 

Según avanza la trama y se va desvelando el argumento, a Porto le va resultando familiar esos lugares que recorre, esos documentos que encuentra, y por alguna razón, llega incluso hasta identificar a algunos de los mineros que se cruzan su camino. Mineros que tienen una particularidad que los vuelve terriblemente peligrosos: se han convertidos en no muertos.


Durante toda la partida, Killswitch trata de perturbar al jugador, con escenas macabras, intrincados puzzles, y documentos que intentan estremecer a la vez que van avanzando en la trama, hasta que finalmente se llega a la parte final de la historia donde se revela el origen de la pesadilla. Una corporación llamada Slovatik lleva años controlando la mina y explotando a los trabajadores, haciéndoles pasar jornadas interminables a costa de sufrimiento y castigos. Muchos de ellos acabaron muriendo de puro agotamiento.

Cuando Porto descubre esta información, finalmente se revela el principal recuerdo de la protagonista: la mujer es una trabajadora de la mina en la que se encuentra, cautiva y apresada por la corporación Slovatik, herida en el brazo por los tiranos para forzarla a trabajar.


Sin embargo, el juego todavía presentaba cosas por descubrir, cosas que rozaban lo inexplicable y que conectaban el juego con los sobrenatural. En las profundidades de la mina, se encontraban también criaturas demoniacas, ligadas con la propia Tierra, las cuales se ponen de parte de los débiles, ayudándoles a enfrentarse a la corporación que les subyugaba. Una de estas criaturas era Ghast, la segunda opción de personaje jugable que comentaba al principio. Este personaje era invisible, haciendo que fuera realmente difícil su manejo durante el juego, ya que no había referente en la pantalla. Obviamente, la mayoría de los jugadores elegían jugar como Porto, ya que navegar por las minas era mucho más fácil con ella.


Hasta aquí, puede parecer todo normal, dentro de la rareza del propio juego, y teniendo en cuenta que se antoja como una sutil critica a las practicas llevadas a cabo por la antigua Unión Soviética mas allá del telón de acero. Sin embargo, el juego aún encerraba una sorpresa. después de que hayas terminado el juego, en lugar de poder jugarlo repetidamente, el juego se borra inmediatamente de tu disco duro y desaparecen todos los rastros del mismo .No puedes volver a reproducirlo ni reinstalarlo, solo puedes comprar otra copia. Y recuerdo que el juego daba opción a jugar con 2 personajes. 

¿Qué significa esto? Que si eliges y terminas el juego con un personaje, nunca podrás descubrir la historia del otro. Karvina Corporation solamente imprimió 5 mil copias, generando gran controversia en la época. 

"Killswitch fue diseñado para ser una experiencia de juego única", defendía la propia compañía. "Como la realidad, es irrepetible, irrecuperable e ilógica. La muerte es definitiva; la muerte es completa. Los destinos de Porto y Ghast son tan desconocidos como los nuestros. Queremos que esto sea así y os pedimos que respeten nuestro deseo’.


La consecuencia de esto parece lógica. Cuando en 2005, el juego ganó popularidad, un coleccionista japonés, pagó una elevadísima cantidad de dinero por un ejemplar del juego sellado (algunos la cifran en más de 700000 dólares), con la intención de grabar un video para así, preservar lo que acontecía en el juego. Sin embargo, el japonés solo llegó a publicar un video. Un video donde solamente se mostraba la pantalla de inicio, el menú del juego, y tras elegir la opción de nueva partida, aparecía la selección de los personajes anteriormente citados. A un lado Porto, la chica. A otro, Ghast, la criatura del mas allá. Y a solo una elección de poder conocer únicamente una de las historias. Tras varios segundos, nada sucedió, solamente un fundido a negro.


Tenemos todos los ingredientes para una buena leyenda urbana. Un juego creado en una subyugante Unión Soviética, una historia macabra y algo desconcertante, un número muy limitado de copias, y una historia, la de este videojuego, que se retoma a los años ganando popularidad en 2005 y con un final a la altura de toda esta aventura. Pero todavía queda algo. Algo que hace que esta, vamos a llamarlo leyenda, se envuelva aún más en un halo de misterio y se transforme en algo realmente perturbador. 

A finales de 2018, las noticias internaciones de los periódicos de la época, resaltaban una noticia: se había producido un terrible accidente en una mina de la Republica Checa cobrándose la vida de varios trabajadores. 

¿La localización de la mina? El pueblo de Karvina ¿Os suena de algo? Si, el mismo nombre que el estudio que desarrolló el videojuego Killswitch.


No sabemos, si de alguna manera, la maldición del oscuro lugar donde transcurre Killswitch, llegó a traspasar la barrera de la realidad.


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