Los heraldos


Astros extraños se alinearon ayer bajo el cielo de Avilés. Estrellas oscuras que emiten voz, palabras e historias, y nosotros, pobres bobos, nos sumergimos en sus laberintos de tinta tanto o más peligrosos, tanto o más desconocidos, que el oscuro mar.

Las gaviotas, volando sobre el edificio, ahogados sus gritos por los muros de metal y hormigón, cárceles de roca artificial diseñadas para que no podamos escapar, nos avisaban incansables de que en esas profundidades de papel hay riesgos para nuestras mentes mortales. Que allí, en blanco sobre negro y mentirosas ilustraciones a color, reposan horrores que eran viejos cuando Cthulhu, Dagón o Tsathoggua empezaron a reptar por el légamos primigenio de este mundo que compartimos.

"No hagáis caso"

 "No confiéis en vuestros sentidos"

"Las imágenes de ese libro llamado bestiario, son mentiras para que creáis que podéis entender". 

Pero nosotros, pobres humanos de limitado intelecto, fuimos los que no atendimos a esas aves, más experimentadas en los horrores primordiales del mar. Así pues allí nos quedamos, hipnotizados ante las voces de esos maestros que nos trajeron palabras desde lo más hondo del cosmos. 

Puede, incluso, que esos hombres, Petersen y de la Iglesia, sean en realidad heraldos de Azathot, y en realidad hayamos estado escuchando las flautas demenciales de su coro ….

Comentarios

Publicar un comentario

Introduce alguna sugerencia:

Entradas populares