Fallout: Prime Video
Mi experiencia con la saga Fallout comenzó al regalarle a mi hermano su tercera entrega para su PS3 pensando que era otro simple shooter, estilo Call of Duty o Bioshock. Quién iba a decirme que iba a ser yo el que le iba a terminar invirtiendo una enorme cantidad de horas a descubrir este maravilloso RPG postapocalíptico convirtiéndose en una de mis sagas favoritas. Explorar su mundo hostil pero rico en lugares pintorescos atascado en su eterna estética de 1960, sus personajes que retuercen los límites de una moral magullada tras años de supervivencia en un mundo post nuclear y todas las historias encontradas guardadas en notas de computadora; todo esto a ritmo de jazz y humor negro hizo que me enamorara de su mundo convirtiéndome, quizás no en el fan más aférrimo, pero sí en alguien que se emociona con sólo ver la señal de estática de Vault-Tech: "Please stand by".
Es por eso que hoy me gustaría compartir con vosotros mis impresiones de la adaptación de la saga postapocalítpica que nos ofrece Amazon Prime. Y es que el resultado ha sido espectacular. El yermo cobra vida en la adaptación de la plataforma de Bezos, ofreciendo una celebración para aquellos que conocemos la saga de videojuegos, pero además, un punto de entrada perfecto para aquellos que no.
Pero, antes de nada, ¿qué es Fallout y qué lo hace tan especial? El universo de Fallout es un mundo alternativo al nuestro, uno en el que en los años 60 la energía nuclear ha impulsado de forma exagerada tecnológicamente al mundo estancándolo culturalmente en dicha década. Con este auge tecnológico, el capitalismo salvaje hace crecer enormemente a unas pocas compañías como Nuka Cola, Rob-co o Vault-Tech, quienes consiguen tener más poder que el propio estado. Al mismo tiempo, la guerra fría, lejos de desescalarse, continúa acumulando tensión hasta el punto en el que las grandes potencias deciden lanzarse bombas nucleares hasta dejar el mundo como el yermo inhóspito y hostil que lo caracteriza.
Dentro de las compañías antes mencionadas Vault-Tech se ha encargado de la para nada poco lucrosa tarea de crear una serie de refugios antinucleares donde unos pocos americanos de bien pudieran sobrevivir al posible apocalipsis nuclear hasta que la superficie pudiera ser habitada de nuevo. Pero tras la caída de las bombas la superficie ha cambiado y, aparte de la radiación y la escasez de recursos, lo habitan terribles bestias mutantes, los descendientes de aquellos que no tuvieron tanta "suerte" de entrar a un refugio y una colosal cantidad de peligros que amenazan el día a día de todo aquel que tenga el valor o la mala suerte de aventurarse por su cuenta.
Los juegos nos ponen en la piel de uno de estos habitantes del yermo (casi siempre como un habitante de refugio) y nos ofrece un amplio mapa de varias localizaciones del Estados Unidos postnuclear repleto de personajes e historias, dándonos (casi siempre) total libertad para resolverlas como queramos. Al fin y al cabo, una puerta puede abrirse forzándola, robando la llave en sigilo, matando y robando la llave o convenciendo al que tiene la llave para que te la abra. Todo esto dependiendo de las capacidades de tu personaje (que al fin y al cabo es un juego de rol), animando a rejugar una y otra vez para experimentar con diferentes opciones.
En mayor o menor medida dependiendo del juego, uno de los puntos fuertes de Fallout es precisamente su guión. A pesar de lo terrible que pueda parecer el yermo, los personajes, las facciones, las localizaciones suelen ser un reflejo satírico de nuestro mundo. El nacionalismo, el capitalismo salvaje, la religión, la burocracia, etc; todo esto tiene su versión satirizada en el yermo, siendo capaz de arrancarte una carcajada aun cuando estás buscando desesperadamente un doctor que te ayude a regenerar las piernas para no tener que ir andando a paso tortuga.
Siento la extensa introducción, pero creo que era necesaria para poner en claro lo bien que lo ha hecho la serie al representar la multitud de mecánicas de los juegos en pantalla. Podía imaginarme a mí mismo en el juego cuando veía cómo los personajes utilizaban su Pip-boy, hackeaban ordenadores, desescalaban un conflicto tirando de líneas de diálogo, o lo terminaban por la vía violenta. El uso de los estimulantes para curarse, las servoarmaduras con una interfaz sacada directamente del Fallout 4, las distintas drogas y comida del yermo; por no hablar de los escenarios que calcan la arquitectura y disposición del atrezo tal como te los encontrarías en los distintos escenarios. El vestuario y la caracterización de los personajes también son unas de las maravillas de la serie, la cual reproduce con todo lujo de detalles la última moda del yermo y saca a relucir a todos sus pintorescos y carismáticos personajes.
Otra idea que ha plasmado perfectamente la serie es el espíritu de exploración de los juegos, en los que, a pesar de tener una misión principal, siempre te ves forzado o atraído a visitar alguna localización que nunca es lo que parece, pudiendo observar multitud de pequeñas historias que hacen respirar su inhóspito mundo. Tal como ocurre en los juegos, podemos ver cómo los personajes se ven forzados a desviarse del camino más rápido hacia su objetivo por las diferentes circunstancias. De esta forma la trama se ramifica y mostrándonos de esta forma las múltiples facetas que presenta el yermo.
El mayor punto débil que tiene esta producción es quizás su guión, el cual no es que sea malo, pero sí que es cierto que, en mi humilde opinión, desperdicia muchísimo potencial y, para explicar esto, me gustaría hablar brevemente de la historia de la producción de los juegos de Fallout.
En 1997, Black Isle Studios, quienes terminarían llamándose Obsidian, desarrollaron la primera entrega de la saga. Ésta era un juego de rol por turnos con vista isométrica, pero apoyada fuertemente en un guión y unos personajes con alta calidad, dando al jugador total libertad a la hora de resolver los conflictos. Este estilo de juego se mantendría hasta la segunda entrega, la cual se encargaría de establecer las bases de su mundo.
Tras un par de spin-offs de no demasiada calidad, a mediados del desarrollo de la tercera entrega, Bethesda adquirió los derechos de desarrollo. Tras su publicación en 2008, la desarrolladora de The Elder Scrolls cambió radicalmente la estética de los juegos, moviéndolos a su motor 3d y añadiéndoles un componente de shooter en tiempo real. El yermo era más realista que nunca, pero la calidad de los diálogos y las historias se resintieron con este cambio, tomando un rumbo más enfocado a un simple humor negro que al humor más mordaz y sutil de sus entregas anteriores.
Este hecho se vio más marcado aún cuando Obsidian tuvo una última oportunidad de trabajar en su saga sacando en 2010, Fallout: New Vegas. En este caso, el guión volvía a retomar la calidad de los juegos de antaño. Las historias, los personajes, las facciones, todo se movía más en una escala de grises a diferencia de la visión de Bethesda y, aunque utilizaba el mismo motor, la cantidad de opciones que ofrecía el juego a la hora de completar las misiones superaba con creces las de Fallout 3. De hecho, el juego te permite prácticamente pasártelo sin disparar una sola bala, siempre que crees el personaje adecuado y sepas jugar bien tus cartas.
Pero como dije, ésta fue la última intervención de los creadores originales en la saga. La siguientes entrega, Fallout 4, acentuaba aún más los problemas que iba mostrando Bethesda en Fallout 3. Las opciones de diálogo se vieron reducidas a cuatro opciones, cada una asignada a uno de los botones del mando de la consola y el resultado de los mismos no cambiaba demasiado la historia o lo que ése personaje pudiera pensar de ti. Por no hablar del infame Fallout 76, un juego online que en su día salió lleno de bugs y sin NPCs que pudieran dar diálogo, enfocándose casi exclusivamente a la acción a la construcción.
Cuento esto porque, aunque la serie despunte a la hora de reproducir la estética, el guión es uno más propio del Fallout de Bethesda que del de Obsidian. Los personajes son moralmente grises pero no por ser tridimensionales y humanos, sino porque "ey tío, esto es el yermo y aquí todos estamos locos". Las distintas facciones son maniqueístas y una sombra de lo que representaban originalmente, perdiéndose todo rastro de crítica realista a temas como los efectos del capitalismo salvaje, el nacionalismo, la excesiva burocratización o la pérdida de derechos. En su lugar, se nos muestra un parque temático disfrutable pero plano, con un humor algo hueco que duele un poquito cuando piensas en el potencial desperdiciado.
A pesar de ello, hemos de dar gracias por otro de los puntos fuertes de la serie: sus personajes. Y sí, me contradigo un poco aquí, porque ya he dicho que son más planos que un A4, pero es un hecho que se contrarresta con el carisma, la química y esfuerzo del propio elenco, cosa que podemos ver sobre todo en los tres personajes principales, que a la vez nos facilitan tres miradas muy distintas del yermo: Lucy, la moradora del refugio, Maximus, el escudero de la Hermandad del Acero y Cooper, el necrófago.
Lucy, interpretada por una maravillosa Ella Purnell, habiéndose criado toda su vida en la seguridad de uno de los refugios de Vault Tech, tiene una visión extremadamente optimista y algo ingenua de la naturaleza humana. A través de sus ojos vemos lo lejos que ha quedado el yermo de la civilización y la crueldad que en él se practica. Es la representación perfecta de cómo un jugador tiene que adaptarse a las mecánicas y los personajes del juego. Fuera del refugio, Lucy tendrá que enfrentarse a situaciones que la harán pensar de forma más pragmática en un mundo donde la moralidad siempre tiene un tono gris.
En la visión contraria tenemos a Maximus (Aaron Clifton Moten), quien ha crecido en los peligros del yermo y tiene una visión pesimista y desconfiada de la vida. Su única aspiración es convertirse en caballero dentro de la Hermandad del Acero, una facción militar que supuestamente se dedican a preservar la tecnología del pasado y a proteger a la gente del yermo, pero que en realidad son unos fascistas sectarios que justifican su extrema violencia y su supremacía armamentística en unas creencias decadentes. La experiencia fuera del cuartel hacen que Maximus se replantee su propio credo al ser forzado a pensar por sí mismo, al mismo tiempo, al encontrarse con la visión optimista de Lucy, verá que es posible otro tipo de vida en la que poder confiar en los demás.
Por último, nos encontramos a Cooper, a quien da vida el carismático Walton Goggins, un necrófago que lleva recorriendo el yermo desde antes de la guerra. La serie lo utiliza para mostrarnos, por un lado, cómo era el mundo antes de la caída de las bombas a través de flashback, llevando la vida de un actor de western famoso, antiguo veterano de guerra. Por otro, se nos muestra como, tras 200 años de supervivencia en el yermo (sí, los necrófagos viven tanto tiempo), éste se ha convertido en un tipo cínico y áltamente capaz, quien vive por inercia y cuya moral ha quedado reducida a su propia supervivencia.
Los personajes secundarios no se quedan atrás pues, a pesar de que en el yermo no quedan más que los restos de la antigua civilización, sus habitantes son coloridos y memorables y, quitando unos pocos que sirven de carne de cañon, la mayoría son capaces de ser memorables y tomar parte en mayor o menor medida dentro de la serie. A eso le podemos añadir un elenco de lujo con actores de la talla de Kyle MacLachlan, Michael Emerson y Leslie Uggams entre muchos otros.
La serie de Fallout puede que no tenga la complejidad moral que podría tener los orígenes de la saga, pero desde luego es una serie altamente disfrutable con grandes dosis de humor y acción. Consigue enganchar desde el principio con episodios en los que siempre está ocurriendo algo. Es una obra llena de detalles que homenagean los juegos sin excluir a los neófitos. Por contra, la serie funciona como agujero de conejo para éstos dejando una muestra inmejorable de lo que pueden encontrarse en los juegos. Para mí, no he podido volver a crearme un personaje y revisitar el yermo una vez más sabiendo que gracias a esta obra voy a poder compartir con aún más gente lo mucho que he disfrutado y disfruto del mundo de Fallout.
Me parece que tengo tanto que ver la serie como jugar al juego 😃
ResponderEliminarSí, desde luego creo que te iban a gustar, aunque con un pero.
EliminarEl mayor problema de estos juegos es que son algo antiguos y tienen unos cuantos bugs. Por suerte, la gente ha hecho mods para actualizarlos, corregirlos y mejorarlos. En pc es relativamente fácil, pero en consola creo que sólo se puede hacer con el 4, que es el último con una historia, porque existe Fallout 76 pero ése sólo es un shooter multijugador con un poco de ambientación de Fallout.
Si un día te da por ello, el Fallout New Vegas es el que tiene mejor historia, pero sin mods no ha envejecido demasiado bien. El fallout 4 está guay y es el más parecido a la serie, pero yo buscaría cómo meterle al menos un mod que extiende los diálogos que se muestran en la pantalla, porque es terrible el pulsar "sarcástico" para hacer una bromilla y desescalar el asunto y lo que haga el personaje sea insultar a la madre del que te está apuntando con el arma.
Si un día te da por ello te explico si quieres