Orgullo y prejuicio vs Mujercitas
Orgullo y prejuicio (Jane Austen) y Mujercitas (Louisa May Alcott) son dos de las novelas más famosas de la literatura del siglo XIX escritas por mujeres. En ambas novelas se tratan temas similares como el amor, el matrimonio, la familia y el papel de la mujer en la sociedad utilizando para su trama las vivencias de varias hermanas y sus familias. A un nivel más personal, puede que os interese saber que ninguna de las dos escritoras llegaron a casarse. Sin embargo aquí se acaba todo parecido entre ambas escritoras y sus obras.
La británica Jane Austen impregna su novela de un humor ácido, caricaturizando las costumbres de la sociedad de su época. A través del afilado ingenio de su protagonista, Elisabeth Bennet, Austen nos muestra un amplio abanico de posibilidades, tanto para hombres como para mujeres (especialmente de mujeres), para lograr la felicidad personal a través de un lucrativo matrimonio. Con gran inteligencia y un toque delicioso de malicia, disecciona los distintos tipos de personas que pueblan su pequeño mudo en función de su carácter, estrato social, educación y situación personal y laboral. Como en la vida misma, los deseos y esperanzas de cada uno son tantos y tan variados como personas hay en el mundo, y aunque la escritora sólo nos muestra a un puñado de ellos, me parece que lo hace con la picardía suficiente para que sea mínimamente representativo. De esta manera nos encontramos con:
- Jane Bennet, la hermana mayor de Elisabeth, una mujer amable, gentil, y hermosa que sueña con encontrar el amor verdadero. Su ingenuidad y gentil corazón le impide ver maldad allí donde sólo hay bilis y malas artes.
- Elisabeth Bennet, una mujer inteligente, fuerte, independiente y de ingenio afilado cuyo único deseo es ser feliz manteniendo su integridad e independencia como persona, aunque ello implique permanecer soltera para siempre.
- Mary Bennet es la tercera hermana, se trata de una mujer culta pero arrogante y pretenciosa que se cree moralmente superior a toda la gente que le rodea.
- Kitty y Lidia Benent son las hermanas más pequeñas. De carácter alegre se muestran irresponsables, inmaduras y desvergonzadas sin plantearse ni una sola vez ninguna de las decisiones que toman en su corta vida.
- Señora Bennet, mujer estúpida y de mente estrecha, propensa a los chismes, la especulación y la autocompasión sin límites. Su único objetivo en la vida es casar a sus cinco hijas con los hombres más ricos al alcance de su belleza y demás artes femeninas.
- Señor Bennet, hombre inteligente, pero perezoso e irresponsable. Su agudo sarcasmo puede llegar a ser hiriente en ocasiones pero es la única manera que ha encontrado de divertirse y mantenerse cuerdo en una vida que, por todo lo demás, parece resultarle bastante anodina.
- Señor Collins, primo del señor Bennet, es un hombre pomposo, condescendiente y de inteligencia muy limitada subyugado por los deseos y comentarios de Lady Catherine de Bourgh a la que intenta complacer en todo momento, llegando a sobrepasar el límite de lo ridículo. También me parece interesante decir que es la única mención a Dios que se hace en todo el libro, dado que él es un pastor en busca de una esposa con la que dar ejemplo a su rebaño de las virtudes del matrimonio.
Esto en cuanto a Elisabeth y su familia "pobre" (lo que hoy en día sería gente de clase media-alta o acomodada). Otros ejemplos de la sociedad representada en Orgullo y prejuicio serían:
- Señor Darcy, sin lugar a dudas el personaje más complejo y fascinante de toda la novela. Se trata de un joven obscenamente rico a la par que guapo, de apariencia orgullosa y arrogante. Su elevado código de honor así como el nivel de exigencia con el que mide a todo el mundo hace que todo en él destile una aparente soberbia y un mal disimulado desprecio.
- Señor Bingley, mejor amigo del señor Darcy, es sólo ligeramente menos rico que éste así que diremos que es indecentemente rico. Se trata de un joven amable, ingenuo, guapo y muy sociable, cuyo espíritu alegre le hace ser el alma de la fiesta, hasta en la más pequeña celebración. Al contrario que sucede con su amigo, todo el mundo le quiere, habiéndose ganado un hueco en el corazón de todos los habitantes de Hertfordshire.
- Caroline Bingley es la hermana del señor Bingley. Se trata de una mujer tan elegante como orgullosa, egoísta y superficial. Consciente de su belleza, elegancia y posición social, trata de granjearse el afecto del señor Darcy por todos los medios a su alcance.
- Georgiana Darcy, hermana pequeña del señor Darcy y gran debilidad de éste. Se trata de una joven amable, compasiva e inteligente siempre dispuesta a complacer a su hermano y a ayudar a los demás.
- Lady Catherine de Bourgh, la tía del señor Darcy, es una mujer asquerosamente rica, poderosa y arrogante que, con su fuerte carácter, trata de dominar todo y a todos los que le rodean. Su ambición por forjar la dinastía más rica y poderosa de toda Inglaterra no tiene límites y hará todo lo posible por casar a su hija con el señor Darcy, uniendo así sus fortunas en una gran montañita de oro que haría llorar a más de uno.
- Charlotte Lucas es la mejor amiga de Elisabeth. Se trata de una mujer inteligente, realista y de mentalidad práctica que, conocedora de su baja posición social está dispuesta a casarse con un hombre para, así, asegurarse su futuro y dejar de ser una carga para sus padres.
Éstos serán los ingredientes principales de este brunch de postureo y monóculo. Algunos podrían cometer el error de considerar Orgullo y prejuicio como una novela ligera sobre cotilleos y amoríos escrito por y para mujeres. Sin embargo la candidez de la obra de Austen es meramente aparente, abogando por una educación racional para la mujer que la permita escapar de la vida de pobreza a la que está destinada en caso de no contraer matrimonio.
"Las mujeres solteras tienen una propensión terrible a ser pobres, lo cual es un argumento muy fuerte a favor del matrimonio."
Jane Austen
Aún habiendo pasado más de 200 años desde su publicación, el mensaje que transmite sigue vigente hoy en día. En su novela, Jane Austen expone las peculiaridades, la ingenuidad y el absurdo de la mente humana, sin olvidarse de la tolerancia, la paciencia y de una caridad sorprendentemente laica. Por tanto, sus personajes son más complejos de lo que pueden parecer en una primera instancia, no siendo ninguno de ellos modelos perfectos de virtudes o defectos, sino una aleación indisoluble de ambas.
Sr. Darcy
La estadounidense Louisa May Alcott, por el contrario, da a toda la novela un tremendo barniz de ética y moral cristiana más allá del papel de la mujer en la sociedad. Cada capítulo lleva el germen de una moraleja que, con toda probabilidad, te estallará en la cara en la última página del mismo con la clara intención de salvar tu pobre alma pecadora. Mujercitas, sigue la historia de cuatro hermanas de apariencia dispar, pero con el mismo fondo pío y empalagoso. Sin embargo, pese a sus fuertes convicciones cristianas, el objetivo primario de la mayoría de las hermanas es volverse ricas. De esta manera nos encontramos con:
- Meg March es la hermana mayor y la única que recuerda la pequeña fortuna que tenía la familia March antes de un revés económico ocurrido hace años. Ahora que es "pobre" su objetivo es volverse rica para lo cual no tiene ningún plan definido. Es una joven elegante, educada y respetuosa que trabaja como institutriz mientras intenta controlar los celos que siente al ver a su adinerada mejor amiga tener todo lo que ella no puede. En resumen, Meg encarna los ideales femeninos tradicionales de belleza, amabilidad y vida domestica.
- Jo March, es la hermana más rebelde e interesante de las cuatro. Su carácter fuertemente independiente y su ambición sin límites la impulsa sin descanso en su sueño de convertirse en una gran escritora, ganar una fortuna con sus novelas y, así, poder ayudar a su familia. También es ferozmente leal a su familia y amigos por los que no dudará en sacrificarse. Su carácter "poco femenino" polariza a todo aquel que la conoce en dos grandes grupos sin dejar margen alguno al gris.
- Beth March es la más dulce y cariñosa de las hermanas. Totalmente desinteresada su único deseo en la vida es ser buena y ayudar a todo el mundo de su alrededor, empezando por sus hermanas y sus padres. Es una pianista talentosa aunque su timidez no le permite demostrarlo demasiado, también le gusta reparar muñecas rotas (para las cuales tiene un hospital) y ayudar en las tareas del hogar.
- Amy March es la más joven de las hermanas y la más consentida y egocéntrica de todas ellas. Su sueño en la vida es convertirse en una famosa pintora y alcanzar la gloria, la fama y, por supuesto, la riqueza. En caso de no lograr alcanzar la riqueza por este medio no tiene ningún reparo en casarse con un joven rico que le permita vivir de manera holgada a ella y a su familia.
- Laurie Laurence es el mejor personaje de toda la novela. Se trata del vecino y mejor amigo de Jo, adoptado por toda la familia March como uno más. Es un chico rico, guapo, amable, educado, divertido. inteligente, sensible, cariñoso, fuerte, extremadamente generoso y, por si todo esto fuera poco, su pelo negro, ojos verdes y encantadora sonrisa hará que se te derrita el corazón y lo que no es el corazón.
Como digo, Mujercitas es una novela sobre la familia, la amistad, el amor y el crecimiento espiritual que celebra la fuerza y la resiliencia de las mujeres de una manera que a mi, personalmente, me da cierta pereza por estar todo tan sumamente empapado con el omnipresente amor de Dios hacia todas sus criaturas terrenales. Si pudiéramos dejar a Dios a un lado en esta novela, la cosa creo que mejoraría considerablemente, ya que el conjunto de historias que se narran serían más interesantes y tendrían, creo yo, un enfoque más realista.
Me he llegado a plantear durante el transcurso de mi lectura, si mis días como ávida lectora del romanticismo clásico habrían pasado a mejor vida, pero es que Mujercitas no es ese romanticismo catastrófico e intenso de mediados del siglo XIX que tanto me encanta. En el romanticismo, pese a saber que todo va a acabar mal desde el momento mismo en el que abres el libro, no puedes parar de leer. Aquí me ha pasado justo lo contrario por los motivos precisamente opuestos. En Mujercitas no tardas muchas páginas en darte cuenta que, por muy mal que pinten las cosas, seguramente todo salga bien al final, eso sí, se aprovechará cada una de esas páginas para retorcerte el corazón al grito de "¡Llora! ¡Llora!" y, muy probablemente y contra tu voluntad, consiga hacerlo en más de una ocasión, dándote una lección de ética, moral y cristiandad.
Demos un paso al frente y admitamos sin vergüenza que, a quien más y a quien menos, nos gusta el salseo. Puede que yo, en la vida real, tienda a la simplicidad de espíritu de una vida normal, sin embargo, cuando leo este tipo de novelas no es eso lo que estoy buscando. Teniendo eso en cuenta, creo que Orgullo y prejuicio es una mejor novela porque gracias a su desarrollo lento nos muestra una historia más elaborada en la que, aunque tú sepas cómo va a acabar la historia desde el principio, todo te va llevando a ello de una manera lenta y sosegada. De esta manera, cuando al final pasa lo que tiene que pasar, te alegras de verlo hecho realidad porque le has cogido cariño a los personajes. Les has visto crecer, los conoces, sabes cuáles son sus virtudes y defectos, cuáles son sus anhelos y sus puntos débiles y, como lector, sabes por todo lo que han pasado hasta llegar a ese momento. También puede ayudar el hecho de que el Orgullo y prejuicio, pese a ser cinco hermanas (una más que en Mujercitas), no desarrolla tanto la historia de cada una de ellas, sino que se centra principalmente en Elisabeth y, ocasionalmente, en un par de hermanas más.
No pasa lo mismo con Mujercitas, en el que la escritora trata de profundizar en todas las hermanas al mismo nivel, aunque al principio de la novela todo parezca indicar que la protagonista de la misma será Jo. Esto hace que no se llegue a conocer a las hermanas al mismo nivel que en Orgullo y prejuicio, pareciendo en muchos casos, que las cosas que les pasan y, sobre todo, las decisiones que toman son un poco por obra y gracia del chispún mágico. Y es que el que mucho abarca, poco aprieta. Algunos podríais decirme que en Orgullo y prejuicio, incluso en casi todas las novelas que de una manera genérica se consideran románticas, pasa lo mismo pero, simplemente, no estoy de acuerdo.
No estoy hablando de el hecho de saber que estos dos personajes se casarán, tendrán hijos y vivirán en una nube de felicidad por el resto de sus días. Eso ya lo sabemos. No, me refiero a la diferencia entre conocer de verdad a los personajes y no conocerles, de manera que su arco argumental te parezca lógico y coherente, no un conjunto de giros sin sentido para mantener el crescendo de la historia. Conoces al señor Darcy y conoces a Elisabeth Bennet, sabes por qué se han enamorado, sabes el conjunto de situaciones que les ha llevado a sentirse como se sienten y a decir las cosas que dicen, lo sabes, lo entiendes y lo sientes. He echado en falta eso en Mujercitas. En un 98% del libro he sentido que las ideas han sido implantadas en las mentes vacías de una serie de mujeres, en el último momento, para poder llegar hasta aquí y soltar esta frase molona.
Tampoco es que las hermanas March tengan una gran evolución personal. Me explico. Aunque sí que hay cambios en ellas, se tratan de pequeños cambios, verdaderamente sutiles dado que ya eran maravillosísimas personas en un principio y sólo son un poco más maravillosas al final. No por nada, sino porque es realmente difícil superar esos estándares morales que Louisa May Alcott ha fijado como la base de sus personajes.
Existe algún intento de giro argumental que te intenta dejar con el culo torcido y, mientras la escritora americana te grita a la cara "¡Wo, esto no te lo esperabas!" revolviendo con parsimonia su té de las cinco, tú piensas que, efectivamente, no te lo esperabas pero porque no tiene ningún sentido esa decisión que ha tomado. De esta manera nos encontramos a maravilloso Laurie declarándole su amor a Jo después de incontables años de la amistad más profunda, la fidelidad más fiel, la complicidad más cómplice y el cariño más cariñoso que se pueda tener para que Jo, simplemente, le rechace porque... Bueno, porque si. Ella quiere ser una mujer libre e independiente, por lo que cree que deberá permanecer soltera toda la vida. ¿O no? Tal vez sólo necesite un gran sentimiento de soledad y que todas sus hermanas se casen para que piense que, oye, eso de casarse a lo mejor no es sinónimo de muerte y esclavitud, sino de amor, comprensión y apoyo mutuo respetándose el uno al otro. Hosti tú, ¿en serio? ¿Por qué ahora? ¿Por qué justo ahora?
Sin embargo, dicho todo esto, tengo que admitir que las últimas 20, 30 o 50 páginas de la novela, han sido para mi las mejores. Ha habido más de ese salseo que tanto echaba de menos y no sólo eso, sino que he podido ver el arco narrativo mejor desarrollado en toda la novela. En esos último capítulos, y como novedad, sí que tenemos un personaje, en este caso masculino, que ha tenido una evolución lenta emocional y personalmente. De manera que cuando llega el momento de la verdad, estas a su lado, aguantando la respiración con él mientras pasas las páginas, no vaya a ser que la escritora haya decidido meter el giro de su novela en la últimas páginas y no llegue a pasar lo que tanto deseas. Pero tranquilos, no temáis, el giro no llega y, por primera vez, lo agradecí. Ese personaje (que mantendré en el anonimato para dejar algo de misterio en esta sección con spoilers) hizo que leyera con avidez el final del libro que, hasta el momento, se me estaba haciendo bastante cuesta arriba por el inagotable amor de Dios y las moralejas en cada capítulo.
En definitiva, estos son mis motivos para decir que Orgullo y prejuicio le parte el pecho y se mea dentro a Mujercitas pero, si no te gustan, tengo otros. Nos vemos a la hora del té, está vez con un buen café, en la biblioteca. Tiene las mejores vistas en esta época del año.
Me encantó el post! Muy bueno, me encanta el corolario final: Orgullo y prejuicio le parte el pecho y se mea dentro a Mujercitas. Magnifico resumen.
ResponderEliminarEs una frase homenaje a Jorge, perfecta para usar en cualquier momento y con cualquier tema, jajaja
EliminarJaja, pues bien traída, aquí hace un resumen muy conciso, jaja
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