El Contador de Cartas


Un coche, un motel de carretera y un casino. Un hombre solitario con un don para las cartas. Diez años en una cárcel militar son tiempo suficiente para dominar cualquier cosa. Otra noche, otra buena suma de dinero. Lo justo para ir tirando y no hacer saltar la banca. Mañana estará otra vez en la carretera, rumbo al siguiente motel y el siguiente casino. En la maleta tan solo algo de ropa, una libreta, una botella de whisky y sábanas blancas. Sábanas con las que cubrirá cuidadosamente todos los muebles de la próxima habitación en la que intentará dormir. No es fácil. Despiertan los fantasmas del pasado. En mitad de la noche se servirá un vaso de licor, se sentará en la silla forrada, y tratará de extirpar esos recuerdos trasladándolos al papel. Una noche como todas las demás noches. Pero a veces el destino tiene otros planes. Un encuentro con la persona adecuada podría derribar los muros que fortifican una vida de autoexilio perfectamente organizada. O podría liberar toda la rabia y la culpa y el remordimiento acumulado durante todos estos años. 



El Contador de Cartas es un noir de los de verdad, áspero y sobrio. Sin adornos. De ritmo pausado y atmósfera malsana. Es el sello distintivo de su director, Paul Schrader, un tipo que escribió para Scorsese nada menos que los guiones de Toro Salvaje (1980) y Taxi Driver (1976), y después desarrolló una brillante carrera como director, con películas tan interesantes como Aflicción (1997) o El Reverendo (2017). En esta película se nos presenta a “William Tell”, otro protagonista solitario y atormentado, excelentemente interpretado por un Oscar Isaac que con gestos mínimos consigue transmitir el trauma y la batalla que se libra dentro él. Curiosamente está muy alejado de los personajes que para ser retratados como solitarios parecen autistas o mudos, a veces hasta rozar la caricatura. Al contrario, Bill parece una persona normal, inteligente, educada y con buenas intenciones. Sin embargo, torturado por lo que hizo en el pasado, y sabiendo de lo que fue y sería capaz, decide poner distancia con la sociedad. 


¿Cuál es el límite del esfuerzo necesario para alcanzar la redención? ¿Existe siquiera ese límite? Se pregunta el protagonista cuando conoce a una persona por la querría dejar todo atrás. Al final, la película trata sobre la culpa y la conciencia, sobre si se tiene derecho a intentar ser feliz después de haber cometido los actos más atroces. Es una cuestión de difícil respuesta, pero siempre es de celebrar el encontrarse con películas que todavía te hagan plantearte preguntas. 












Comentarios

  1. Tiene muy buena pinta. La apunto. Estaba leyendo y me parecían venir reminiscencias de otra película antigua, pero no supe sacar en claro cuál, igual mezclo cosas.

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  2. Vista! Me gustó mucho la peli! La atmósfera y la tensión con la que poco a poco se va llegando al final.

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