Érase una puta vez, 70 historias mal contadas.
Antes de nada, empecemos por la Hermana Herminia, una mujer singular, que fue monja el tiempo suficiente para saber que la gustaba el apodo de "hermana" pero no la vida en el monasterio. Vivió como una estrella del rock, rápido, alocadamente, asaltando las drogas y el vicio cuando fue menester y desapareciendo, en desconocidas circunstancias, en 1984. Esta mujer excepcional tuvo una pasión en la vida, que la hizo inmortal (a diferencia de las otras muchas pasiones que seguro tuvo y la hicieron vivir más rápida e intensamente): los cuentos infantiles.
Poco importa que nunca fuese una niña al uso, ni que no conociese infante alguno en su trepidante aventura vital, la Hermana Herminia escribió docenas de historias infantiles, a cada cual más memorable. Por desgracia para nosotros, que hemos nacido demasiado tarde, casi toda la obra de esta mujer sin igual ha caído en el olvido. Así pues propongo a todos ustedes, lectores irredentos, brinden en cuanto puedan por Sergio Sánchez Morán, que ha rescatado unas setenta de estas joyas literarias y las ha publicado en nombre de la Hermana, entre las que se cuentan las inolvidables "Las dos grandes posaderas", "El conejito de Pim, Pam, Pum" o "La espada más bastarda"
Os preguntaréis, sin duda y con razón: ¿Por qué habla de esta colección de cuentos infantiles, casi desconocida y escrita por una extraña mujer aun más desconocida? Fácil, por que sin ella el libro del que os quiero hablar no tiene sentido alguno. Y no es por quitar méritos a Sergio , reconozco que volé hacia Érase una puta vez nada mas ver su portada roja y saber que comparte autor con las genialísimas aventuras de Parabellum, detective paranormal, pero la prosa de la Hermana Herminia es algo de otro mundo.
¿Y el dichoso librito "Erase una puta vez" de qué demonios va? Pues de todo un poco y un poco más. La sinopsis es simple, un buen día el mayor y más temible narcotraficante del norte de España encuentra la cuna de su hijo vacía. Las cámaras de seguridad guardan una historia surrealista, unos algos han salido del armario y secuestrado al niño ¿Por dónde han salido de la mansión vigilada hasta debajo de los felpudos? Pues por el mismo armario. Para colmo el mueble no sólo está vacío, sino que tiene más espacio que antes, en forma de pasadizo hasta un reino muy, muy lejano que ahora queda a tiro de piedra.
Los mejores y más sanguinarios mercenarios atravesarán este pasadizo con una misión muy simple, recuperar al niño caiga quien caiga y traerlo de vuelta a casa en una misión más allá de la sensatez. Mientras tanto en el más acá, la policía está detrás del cartel de los Ibáñez, toneladas de cocaína, órdenes judiciales, ¡soplones! El cartel nunca fue tan fuerte ni estuvo tan asediado.
Una historia llena de aventuras, fantasía e imaginación desbocada que no podéis perderos y setenta cuentos mal contados que deben ser leídos y recordados.
*(Nota a pie de post, por si hay alguna duda, la Hermana Herminia es un personaje ficticio creado por Sergio Sánchez Morán, pero si me preguntan responderé que este pie de página es una mentira escrita por un duende trinchatronchos, con maldad y alevosía, en un intento gratuito de borrar el legado literario de tan ingeniosa mujer)
*(Segunda nota a pie de post, lean ambos libros, su vida será mejor y más plena)
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