Un hombre lobo americano en Londres
Durante uno de los últimos confinamientos, restricciones perimetrales o quién sabe qué, decidí invertir una de mis muchas noches ociosas en ver Un hombre lobo americano en Londres.
Había pasado muchos años oyendo hablar de ella a una de las pocas personas que considero que tienen un gusto cinematográfico, sobre todo en lo referente a la temática de terror, bastante similar al mío. No era la primera vez que me hacia una recomendación con bastante acierto, así que... ¿Por qué no?
La primera palabra que me viene a la mente para describirla es ochentera es que es una película de 1981, no puede ser más de los 80. Aclararé, para aquellos que no lo sepan, que me encantan las películas de terror de los años 80. Supongo que el hecho de haberlas visto desde mi más tierna infancia ha dejado una huella en mi que ni puedo ni quiero borrar, lo que me permite disfrutar como una niña.
Debo decir que Un hombre lobo americano en Londres no es una película de terror al uso sino, más bien, una comedia de terror en la que se narran situaciones teóricamente terribles recubiertas con una gran capa de comedia que lo dulcifica. Esto se puede ver en otras películas de terror de los 80 y principios de los 90, como pueden ser Terroríficamente muertos (1987) y El ejército de las tinieblas (1992).
La trama es sencilla, David y Jack, dos inseparables amigos provenientes de Nueva York han decidido recorrer cual mochileros las ciudades más importantes del viejo continente. Sin embargo, un terrible accidente tiene lugar en un páramo cerca de Londres, acabando con la vida de Jack y dejando malherido a David.
Destacan los efectos especiales presentes en el film. No debemos olvidar de que fue rodada en 1981, lo que hace aún más increíble escena de transformación del protagonista,David, en un hombre lobo. Se trata de una escena larga, que se toma su tiempo y se deleita mostrándote las distintas mutaciones que va sufriendo el cuerpo de un ser humano para acabar adoptando la forma de un lobo. Nada de ocultarse detrás de un velo de misterio.
Las apariciones de Jack como un cadáver en progresivos estados de descomposición no se quedan atrás y es una de las cosas que más gracia me han hecho de la película.
Puede que las trasformación del hombre lobo os resulte familiar, como me pasó a mi, y es que tras el estreno de Un hombre lobo americano en Londres Michael Jackson quedó tan impresionado que quiso hacer lo propio, lo que dio lugar al mejor videoclip que ha habido y habrá nunca: Thriller.
Como último dato interesante quería deciros que los efectos especiales impresionaron tanto que, gracias a ello, se creo el Óscar al mejor maquillaje, inexistente hasta entonces.
Y nada más, si tenéis una tarde libre y sois amantes de los clásicos, no dudéis en darle una oportunidad.
Un tal Michael Jackson descubrió a Sir Jon Landis y Landis conocio al pequeño de los Jackson, ( como reconocio él), años mas tarde volvería a rodarle otro videoclip Black or White, espectacular tambien. Landis es uno de grandes en sus peliculas siempre introducia algún elemento nuevo que nos dejaba con la boca abierta, como esa transformación completa de hombre a lobo, nunca vista, humor negro y muy divertida.
ResponderEliminarResumiendo, un todoterreno el año anterior una de mis películas de culto Blues Brothers y años más tarde con Santiago Segura en su Oscarizada Torrente 5, lo dicho un GRANDE