Ash vs Evil Dead
Tal vez debería empezar diciendo que a mis dulces y tiernos once años cayó en mis manos una cantidad ingente de películas de serie b y tragué con avidez. Entre toda esa morralla que vi con gran deleite encontré mierda de la buena, entre ella la trilogía de Evil Dead: Posesión Infernal (1981), Terroríficamente muertos (1987) y El ejército de las Tinieblas (1992). Muchas otras las fui olvidando con el paso del tiempo pero no Evil Dead.
Para aquellos que no tengan el gusto de saber de lo que hablo os voy a hacer un resumen súper rápido. Un grupo de chicos van a pasar unos días en una cabaña en el bosque (un clásico) en la se que encuentran un libro forrado en piel humana: el Necronomicón, el libro de los muertos (descarada referencia a Lovecraft). Uno de los chicos lee el libro, desatando el Mal (así con mayúscula) en la Tierra. Los chicos se van convirtiendo en poseídos (que no zombis) hasta que, como en toda película slash que se precie, solo queda uno con vida. El causante de ese Mal es, casualmente, la misma persona que sobrevive y no es ni más ni menos que Ash J. Williams.
Hoy, treinta años más tarde, Ash es un hombre de cincuenta y pico años con una mano-motosierra perfectamente funcional que se ve obligado a combatir al Mal de nuevo tras haber leído el Necronomicón una noche de borrachera para intentar impresionar a una veinteañera.
Puede que os sorprenda pero haber visto morir a casi todos tus seres queridos, muchos de ellos bajo tu propia mano-motosierra, acaba haciendo mella hasta en el tío más duro y Ash no está dispuesto a repetir la historia de nuevo. Luchará contra poseídos, demonios demoníacos (sí, he dicho demonios demoníacos), coches diabólicos y todo tipo de muñecos macabros hasta su último aliento para algo es el Profetizado.
Ash vs Evil Dead conserva todo el encanto de las películas de los 80. Es absurda, es divertida, es muy, muy gocha, tiene una historia entretenida y más o menos consistente, es adictiva... En definitiva, es maravillosamente mala y confío en que me entendáis lo que quiero decir con eso, sé que algún os lo haréis.
Por cierto, Ash puede parecer el típico cincuentón ligón y pervertido que ha fracasado en la vida y por no tener no tiene ni casa. Y lo es. Pero tiene algo que te hace encariñarte de él y de su forma de ser chulesca, obscena y un tanto estúpida. Creedme, acabaréis viniendo a por un poco más de Ash...
P. D.: Miguel, sé que tú eres uno de los que ha entendido el verdadero significado de "maravillosamente mala" y solo a ti me atrevo a recomendártela directamente, creo que la podrías disfrutar tanto como yo. Así que corre, enciende Netflix y empieza a verla.
Como me conoces morenuca.
ResponderEliminarJajaja, es un don que tengo 😜
EliminarVista!
Eliminar¿Nada más que decir?
EliminarJajajja, si.
EliminarGenial ¿Para cuando la siguiente temporada?
Quiero más.😁
Eso mismo pensé yo. Ahora me toca romperte el corazón como me lo rompieron a mi: no hay más temporadas, cancelaron la serie. 😭 Yo también quiero un poco más de Ash J. Williams...
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