Acertijo en roca

Sin otra razón para vivir, tomó martillo y cincel y grabó su epitafio en la eterna roca antes de abandonarse al abrazo de la muerte.


"Responde sin palabras ¿Que es?

Aquello que comprado con todo el oro de las profundas minas vale menos que un grano de arena al viento.

Aquello que robado tiene el coste de un imperio pero raudo marchita y muere.

Aquello que regalado tiene el valor de las estrellas infinitas del firmamento."


Allí quedó la lapida, expuesta a los elementos durante siglos, hasta que no fue más que otra roca en el desierto.

Un día, sin ninguna razón, alguien dejó una flor sobre esta roca, ahora anónima.

Sin que ningún sabio pudiese explicarlo, ese día llovió en el desierto.

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