El Apostol
Dan Stevens (Legión) encarna el personaje de Thomas Richardson, un joven acosado por sus propios demonios, a quien su padre encarga encontrar y recuperar a su hermana de manos de la comuna en la que se halla retenida. Para ello tendrá que trasladarse a la pequeña isla en que se encuentra la comunidad e infiltrarse en el particular mundo que allí ha creado el Líder interpretado por Michael Sheen, irreconocible por su actuación y apariencia.
La historia recuerda, en un principio, a a tragedia de Jamestown, hilo narrativo que sigue vagamente, introduciendo una escalada de fanatismo alimentada por las tensiones internas entre los dirigentes de la comunidad y la decadencia de la misma tierra en la que se han asentado, que otorga año tras año cosechas menos abundantes.
Y hasta aquí puedo leer, el resto tendréis que verlo vosotros.
Recuerdo haber quedado impresionado por esta película cuando la vi. Tanto por el genial equilibrio que mantiene entre lo mundano y lo sobrenatural, manteniendo la duda en todo momento, como por la descripción que hace de lo fácilmente que nos vemos arrastrados por el fanatismo, tal y como lamentablemente hemos visto tantas veces, y como unos pocos, erigidos en líderes de su pequeño culto, aprovechan esa deriva social para mantenerse en sus parcelas de poder.
Aviso a navegantes, la película, aunque me gustó, tiene algunas escenas duras y sangrientas, visualizar con precaución. Espero que, aún así, la disfrutéis tanto como yo lo hice.
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