V de Vendetta

V de Vendetta es una muy buena adaptación de la novela gráfica del mismo nombre escrita por Alan Moore e ilustrada por David Lloyd. La película conserva totalmente la esencia del cómic y, a mi entender, puede incluso que la mejore. Los diálogos, esos monólogos brutales que hacen que te recorra un escalofrío y que caracterizan a esta película, están sacados directamente del cómic. El juego de colores, la escenografía... Marcos es el experto en cómics y, de hecho, fue él que me dejó éste, así que si ve que me equivoco como me corrija.

En cuanto a la película, no sé hace cuántos años ni cuántas veces la vi pero puedo deciros que recurro a ella cada vez que siento la sed de sangre aflorando en mi interior, cada vez que las injusticias del mundo me hacen gritar reclamando justicia que, lo quieras o no, suena muy parecido a venganza, cada vez que creo que las cosas no tienen porqué ser así, que se podrían hacer mejor...

Tanto la película como el cómic narran una historia distópica ambientada en una Inglaterra fascista gobernada por un líder con claras evocaciones hitlerianas que promueve el terror entre los ciudadanos para tenerlos sometidos. Un gobierno, un Líder, que realizó experimentos brutales con seres humanos a los que, según su propia ideología (la del Líder y, por tanto, la de los seguidores de su partido), se consideraba inferiores, poco más que animales. ¿Os suena de algo?

La película está protagonizada por Natalie Portman en el papel de Evey Hammond y Hugo Weaving como V. Evey es una joven de ideales aterrada por su pasado y por la sociedad en la que vive (según la película) y V es hombre que oculta su rostro tras una máscara de Guy Fawkes, representado casi la encarnación de la justicia y la libertad.

Al principio puede parecer que V sólo busca una justicia subjetiva, su propia venganza personal producto de un pasado próximo cruel y salvaje. Pero, poco a poco, vas viendo cómo pretende insuflar valor en unos ciudadanos temerosos de su propio gobierno con su propio ejemplo. Unos ciudadanos asustados de vivir porque se saben vigilados y controlados.  Intenta que, con su ejemplo y su sacrificio, toda una nación pueda volver a ser libre.

Recuerden, recuerde, el cinco de noviembre.

Conspiración, pólvora y traición. 

No veo la demora y siempre es la hora 

para evocarla sin dilación.