La princesa prometida

Hola, me llamo Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. ¡Prepárate a morir!

Esa frase estuvo retumbando en mi cabeza durante muchos años sin saber muy bien a qué asociarla, de dónde salía. Recordaba una película de la infancia que veía una y otra vez con mi hermana y que nos ponían nuestros padres. Esa frase venía a mi mente de vez en cuando, recodaba al hombre que la decía y un duelo en el que él, Iñigo Montoya, repetía esa frase sin parar, recordaba alguna otra escena vagamente que creía que pertenecía a la misma película (como así fue)... Y un día, sin más, recordé el título de golpe: La princesa prometida.

Se trata de una película de culto de 1987 en la que se mezcla la aventura, el romance, la fantasía medieval, las batallas de estilo español a capa y espada y algo de comedia. Esta basada en un libro homónimo que no me he leído todavía pero que algún día leeré.

Si no la habéis visto sólo puedo sentir compasión por vosotros porque no sabéis lo que os habéis perdido, y hablo en pasado porque puede que hayáis perdido la oportunidad para siempre. Se necesita cierta mentalidad infantil para ver esta película, que siga vivo vuestro niño interior, sino no hay nada  que hacer. No tiene nada de efectos especiales y se nota que es antigua, los paisaje, los decorados, la historia y las batallas a capa y espada es lo que hacen a esta película lo que es.

Sin embargo, para mi, lo mejor de todo sin dudarlo un instante es el mítico espadachín español, Iñigo Motoya. No es el protagonista pero tiene una fuerza, una magia, un sentido del honor español que engancha y te hace hinchar pecho y jugar a ser él con espadas de madera en el parque. Siento mucho que no hayáis tenido la oportunidad de pasar por esa experiencia algunos de vosotros...

Aquí os dejo una de sus míticas escenas (sin spoilers) para que entendáis un poco mejor a qué me refiero: