La piel fría

"En una isla perdida en medio del océano, dos hombres se defienden, noche tras noche, resguardados en un faro, del asedio de unas extrañas criaturas marinas. Sometidos a la extrema tensión, sin entender las razones del ataque, tendrán que replantearse cómo enfrentarse a lo desconocido."

A la vista de este cartel tan majo, con profundos, Dagon, híbridos anfibios y demás ideas lovecraftianas, entré al cine.  Qué equivocado estaba.

Tampoco es que, a la vista de esta cara que tan poco humana parece, se me pueda culpar por creer que la película seria un adaptación de los relatos del maestro de Providence. Prejuzgar era casi obligatorio y por poco me pierdo una gran historia buscando lo que no hay.

Sin más preámbulos: La piel fría:

(Ahora de verdad)

La historia nos presenta a un hombre huyendo de su pasado, embarcado hacia una de las islas más remotas de los anchos mares del hemisferio sur, en donde habrá de cumplir un año de  servicio como oficial atmosférico. Tras una acogida poco amistosa por el único habitante de la isla, Grunner, farero en un edificio que más parece una fortificación improvisada que un faro, se ve asediado por el ataque de extrañas criaturas de naturaleza e intenciones desconocidas. 

Los misterios ocupan el inicio de la historia, mientras la tensión desvía la atención hacia la supervivencia de los personajes y el devenir de la trama nos lleva hacia preguntas más interesantes. En ultima instancia la película, que se prometía como una aventura de supervivencia y horror en los mares del sur, se convierte en una reflexión acerca de la naturaleza humana y el enfrentamiento con los auténticos monstruos, aquellos que los protagonistas arrastran con sigo debido a su pasado. 

"Nunca estamos lo suficientemente lejos de aquellos a quienes odiamos. 

Por la misma razón, nunca estaremos suficientemente cerca de aquellos a quienes amamos."